viernes, 19 de octubre de 2012

Desajuste emocional en infertilidad



                                                                                                                                               


En el campo de la salud reproductiva, cuando se hace mención a la fertilidad se está hablando de la capacidad de parir un recién nacido vivo. En el ser humano, la tasa de fertilidad, por ciclo, es de alredor del 20% (dependiendo de la edad de la mujer), siendo cada vez mayor la proporción de personas que no logran procrearse a través de los procedimientos naturales.

A su vez, la  infertilidad es definida como la incapacidad para completar una gestación después de máximo de dos años de mantener relaciones sexuales regulares y sin medidas anticonceptivas. Se trata de un problema común que presenta una de cada seis parejas en edad reproductiva, es una condición que afecta del 15 al 20% de las mismas. Diferenciándose así de la esterilidad, la cual se refiere a los inconvenientes para lograr un embarazo.

La infertilidad y el desajuste emocional

La infertilidad es considerada como una disfunción biológica, o como lo plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS), una enfermedad relacionada con la reproducción. A nivel corpóreo no afecta a la integridad física ni provoca limitaciones a aquel que la padece; es decir, no compromete las funciones de los órganos, ni tampoco suele presentarse con sintomatología alguna o dolor asociado y ni siquiera compromete la vida del individuo. Sin embargo, a nivel psicológico otras son las implicaciones porque los problemas derivados de las dificultades para reproducirse son de consideración. La infertilidad genera alteraciones emocionales de importancia si la pareja tiene como una de las metas principales de su vida el tener hijos, generando mucha frustración, ansiedades y humor depresivo.

  (…la capacidad de procrear se presupone. A su vez, la constatación del fracaso en tener un hijo no sólo ha de provocar una frustración por el no cumplimiento del deseo y las expectativas de paternidad, sino que también supone una alteración, al menos temporal, del plan de vida que se tenía trazado (…).

Las variables (de tipo individual o médicas) que repercuten en el impacto de la infertilidad son muchas, entre ellas se encuentra el género, la edad y la presencia de otros hijos. En cuanto al género, se advierte que son las mujeres a las que se les hace más complicado aceptar la infertilidad y posteriormente cuando se quedan embarazadas suelen tener más ansiedad y ser obsesivas con respecto a su embarazo. Referente a la edad es sabido que el tiempo funciona como un estresor… a mayor edad de la mujer menor fertilidad. Y finalmente, está comprobado que si la pareja aún no tiene hijos es más duro el impacto emocional.

Cuando se descubre que la pareja tiene problemas de fertilidad es común que aparezcan reacciones emocionales diversas de gran impacto psicológico y mucho estrés ya que suele suceder después de un largo tiempo de búsqueda del embarazo. Algunos autores vinculan la infertilidad con una crisis vital más del individuo como lo son la adolescencia y el embarazo en el caso de la mujer. Esta crisis afecta a la pareja, a cada uno de sus miembros de manera individual y a la familia en general, siendo lógico que frente al diagnóstico y los tratamientos de infertilidad (si los hay) afloren sentimientos depresivos y ansiosos. Hay autores que prefieren denominar a estos cuadros sintomatológicos como desajuste emocional y no como alteraciones psicopatológicas, ya que no siempre se está frente a un caso de una entidad clínica, pues no todas las personas con  problemas de infertilidad tienden a desarrollar un cuadro psicopatológico clínico. Por consiguiente, se considera necesario que las parejas infértiles que desean concebir un hijo y están pensando en someterse a tratamientos de fertilización asistida o ya estén iniciando un ciclo de tratamiento tengan la posibilidad de que se les brinde una orientación y un apoyo psicológico especializado y/o intervenciones psicoterapéuticas. Desde esta perspectiva se trona imprescindible llevar a cabo una atención integral a las parejas que sufren infertilidad. Y es aquí dónde la Psicología de la Reproducción se empieza a pronunciar.


Nota:
Información extraída del Artículo “Psicología de la Reproducción: De la Infertilidad a la Reproducción Asistida”. Rev. Cient. Cienc. Méd. Volumen 14, No 2 : 2011.

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